En una localidad en la que viven personas que van y vienen, UCASAL se propone a acompañarlos y a abrir sus puertas para hacer posible su carrera universitaria.
En una zona con escasa oferta educativa, el Monseñor Marcelo Raúl Martorell propuso UCASAL para que Puerto Iguazú tenga disponible opciones en el sistema universitario. “Desde 2009 soy el coordinador de la sede de Puerto Iguazú”, inició contando Carlos Alberto López, coordinador de la UAM n°196.
“La aparición de la oferta de UCASAL fue muy importante porque vino a cubrir una necesidad muy particular que había en la zona. En un principio, la cobertura fue exclusivamente para Puerto Iguazú, pero con un trabajo delicado de articulación nos expandimos hacia localidades cercanas como Libertad, Banda, Esperanza e incluso Andresito y luego, con mucho esfuerzo, abrimos sedes en Bernardo de Irigoyen y en Capioví”, comentó el coordinador.
La expansión fue cada vez más concreta debido a la política del obispo de Puerto Iguazú: otorgar la mejor oferta universitaria a la zona del norte de la provincia de Misiones, “lamentablemente durante muchos años las posibilidades eran muy escasas y quien quería estudiar tenía que desplazarse a Posadas, Resistencia, Corrientes o Buenos Aires, donde estaban las ofertas más cercanas pero UCASAL dio una posibilidad muy importante porque los alumnos no necesitaron irse a otras localidades”, contó el coordinador, “los egresados secundarios tuvieron la posibilidad de quedarse en sus casas, manteniendo las raíces, también fue una economía de gastos porque el tener que trasladarse a otras localidades implica alquiler, traslados y muchas otras cuestiones, también había gente adulta con ansias de haber estudiado y no tuvo posibilidades o que habían iniciado estudios y no los habían podido terminar y UCASAL les abrió las puertas”.
Desde el comienzo de la sede en 2009 a la actualidad han cambiado muchas cosas, “cuando comenzamos, habían cuatro carreras, hoy la oferta es mucho más amplia, se ha diversificado y modernizado”, comentó el coordinador. Si bien la amplia oferta educativa que ofrece UCASAL ayuda a sostener la presencia de la sede en la zona norte de la provincia de Misiones, la ampliación de la competencia complicó el desarrollo de la misma, “con un trabajo muy fino de acompañamiento a los alumnos hemos logrado hacer crecer la sede, en un principio sólo eran 40 alumnos y en este momento hemos llegado casi a 150. Nos dimos cuenta de la soledad del alumno, entonces empezamos a implementar acompañamiento mediante tutores también, creamos becas o medias becas que ayudaron a los que tenían que dejar por inconvenientes financieros”, relató el coordinador.
“Puerto Iguazú es una zona de frontera”, comentó Carlos, “tiene un movimiento muy intensivo y constante desde el punto de vista económico y social, que se ha incrementado muchísimo”. Al mencionarlo, el coordinador recordó ciertos inconvenientes que trae la particularidad de su ciudad, “es un espacio de golondrina donde la gente va y viene, tenemos todas las Fuerzas, que es gente que está sujeta a traslados permanente. También está el tema de la idiosincrasia, para tratar con la gente uno tiene que estar permanentemente pensando en cómo llegar a cada uno porque nos encontramos frente a demandas muy distintas: no es lo mismo el planteo que puede hacer un misionero al planteo que pueda ser alguien de Buenos Aires. Por eso, la gran característica que hemos tenido ha sido la maleabilidad, hemos sabido adaptarnos a las circunstancias y a las características propias del lugar, ya somos un equipo muy afianzado que tenemos muy claro nuestro objetivo”, finalizó.
En una localidad donde comienza y termina un país, Carlos Alberto López, pudo ser parte de un cambio que se notó desde el principio: dar oportunidades en una zona con grandes particularidades.