El cambio climático es una de las problemáticas más urgentes que requieren soluciones estratégicas, inmediatas y sostenibles para mitigar sus impactos. En este contexto, la Unión Europea está implementando una nueva medida que llega para cambiar las reglas del juego en cuanto a exportaciones e importaciones. Se trata del Mecanismo de Ajuste en Frontera por Carbono (MAFC), un nuevo instrumento arancelario que comenzó a funcionar en 2023. El mismo, fue propuesto por la UE para poner un precio justo al carbono emitido y, así, reducir con mayor rigurosidad la importación de mercancías intensivas en carbono que ingresen a Europa a partir del 2026. 

El objetivo de este Mecanismo es, entonces, fomentar una producción industrial más limpia en los países proveedores y reducir las emisiones de gases de efecto invernadero que provocan el calentamiento global, entre los que se encuentra el dióxido de carbono como uno de los más representativos. Para disminuirlo, Europa presiona poniendo un precio a los productos importados, lo que significa que las empresas que fabriquen productos de manera poco amigable con el medio ambiente tendrán que pagar más por exportarlos a la UE.

Entre las mercancías más perjudiciales se encuentran el acero, el aluminio y el cemento. A partir de la nueva medida, serán los productores de estos materiales, entre otros, quienes deban pagar equivalentes por las emisiones generadas durante su producción.

Año tras año, la Unión Europea consigue reducir los niveles de contaminación gracias a políticas climáticas estrictas que, con el tiempo, pretenden difundirlas e instalarlas en el resto del mundo. La Ley del Clima de la UE establece objetivos importantes para minimizar las emisiones de gases: para 2030 deben haber descendido un 55% respecto a los niveles de 1990 y debe alcanzar las cero emisiones netas para 2050.