El enfoque actual del desarrollo turístico destaca dos pilares esenciales: la participación activa de la comunidad anfitriona en la gestión de la actividad y el compromiso con la sostenibilidad. La primera de estas dimensiones subraya la importancia de involucrar a la comunidad local. Cada uno de sus pobladores tiene en sus manos la posibilidad de participar de distintas maneras para que los visitantes que llegan a Cafayate disfruten de sus atractivos culturales y naturales y la mejor hospitalidad “vallista”. 

Por otra parte, como el turismo es una actividad de ida y vuelta, es importante también considerar la incidencia positiva de los efectos del turismo en términos económicos, sociales y patrimoniales, para asegurar que esta actividad continúe como factor clave del desarrollo local. 

Una correcta gobernanza hacia la sostenibilidad integral comienza por incluir a todos y se expande para lograr que el turismo sea ecológicamente soportable a largo plazo, económicamente viable y socialmente equitativo para las comunidades locales, conforme a los principios de la “Carta del Turismo Sostenible” de 1995. 

Estos objetivos requieren una gestión turística integrada y participativa, que valore a cada actor de la comunidad. Desde guías y comerciantes hasta hoteleros, gastronómicos, agentes públicos e informantes turísticos, todos contribuyen a crear lo que se conoce como la “experiencia turística”. Valorar el rol de cada persona en esta cadena de servicios es clave para el desarrollo de un turismo sostenible.

Es fundamental que todas las personas involucradas,  se formen y eduquen para el ejercicio de la hospitalidad, a la vez que tomen conciencia de los impactos positivos y negativos del turismo.