Cuál es el rol de la Universidad, en qué se sustentan las redes de apoyo y cómo es el panorama de los jóvenes hoy frente a problemáticas que revolucionan el mundo.
La sociedad está obligada a mirar de frente aquellos problemas que, durante mucho tiempo, fueron grises. Adolescencia es la miniserie en tendencia que ocupa los primeros lugares del ranking en Netflix; y es que se trata de una propuesta que toca de cerca esta etapa de la vida en la que los jóvenes suelen callar sentimientos, acarrear cambios abruptos, cargas emocionales y creencias.
El retrato es duro, pero necesario. Los personajes de la serie se enfrentan a una realidad marcada por vínculos inestables y a una exposición constante en redes sociales, donde todo parece perfecto, menos ellos. Y aunque la ficción tiene su cuota de dramatismo, no está tan lejos de lo que viven miles de estudiantes en el paso de la adolescencia a la adultez.
La Universidad Católica de Salta (UCASAL) no está exenta. Involucrarse es parte del rol que ocupa como institución en la sociedad. Desde el Centro de Orientación Educativa (COEDU) impulsa acciones y elabora redes de contención para ayudar a la comunidad universitaria.
En Argentina cada vez son más los casos que se asemejan a la ficción británica. Basta con retroceder algunos días para asimilar la ruptura que se genera a corta edad en los centros educativos. La realidad pone un freno y llama a replantearse qué se está haciendo mal. ¿Por qué la violencia es escenario de salida?; ¿por qué los jóvenes deciden refugiarse en ella?; ¿lo deciden?
Retomando el enfoque de la serie, Adolescencia plantea situaciones que sobrepasan a los personajes. Abrumados por la ansiedad, las presiones sociales, el peso de la cultura, el miedo al fracaso o hasta la urgencia de las redes, los jóvenes buscan su identidad en un espacio que se presta para el error y la vulnerabilidad.
La producción deja ver el aislamiento de los más chicos, la falta de confianza y de comunicación con sus mayores y la ausencia de ayuda psicológica dentro de una realidad que cada vez se presenta más inestable en cuanto a salud mental. Trasladando lo que ocurre en estos 4 capítulos, UCASAL analiza de cerca las similitudes y diferencias en el terreno universitario.
El rol del COEDU en UCASAL
La Universidad aporta a la sociedad y comienza por dejar de invisibilizar este tipo de problemáticas. Desde el COEDU, UCASAL toca de cerca algunas historias de vida que surgen a partir de diferentes nudos. Desde el abandono silencioso de carreras, hasta crisis de ansiedad o ataques de pánico antes de un examen. La vida universitaria puede resultar, para muchos jóvenes, un terreno tan desafiante como confuso.
La salud mental continúa siendo un tabú en muchas familias, y los entornos educativos no siempre cuentan con los recursos suficientes para acompañar emocionalmente a los estudiantes. En este panorama, el paso por la universidad se convierte, muchas veces, en un espejo que refleja y amplifica las inseguridades que ya venían de antes.
Frente a este marco, UCASAL decide trascender el terreno académico con espacios de contención. El Centro de Orientación Educativa es un servicio que busca acompañar la trayectoria de los estudiantes desde una mirada integral. Si bien no se trata de un espacio terapéutico, sí ofrece orientación, escucha activa, abordajes grupales e individuales y estrategias para enfrentar situaciones que afectan el bienestar estudiantil.
“Los jóvenes llegan a la universidad con una mochila emocional muy cargada. Problemas familiares, presiones sociales, expectativas que no sienten propias. A veces, simplemente necesitan un espacio para hablar de eso sin ser juzgados”, explica la Mg. Lic. Georgina Suárez, directora del centro.
La iniciativa se articula con otras áreas institucionales y pone especial atención en temas como la inclusión de estudiantes con discapacidad, la gestión del estrés, la organización del tiempo y la adaptación a la vida universitaria.
Lo que la miniserie de Netflix deja claro es que no basta con enseñar contenidos: los jóvenes necesitan ser vistos y escuchados. Para ello, requieren espacios donde puedan ser ellos mismos sin la presión de tener todo resuelto.
Hoy, la universidad está llamada a repensar su rol: ya no puede ser sólo un lugar de transmisión de conocimientos. También debe otorgar lugar a la contención y el bienestar psicológico, elementos fundamentales de la ecuación.
En UCASAL, el COEDU es un ejemplo de cómo se puede empezar a transitar este camino. No es la única respuesta, pero sí una propuesta que motiva a potenciar las bases desde lo humano. Tampoco es el único modo, puesto que resulta fundamental la cooperación de los miembros que forman parte de la comunidad. Como sociedad, todos somos responsables de ofrecer una mirada habilitante y atenta, así como también de prestar una escucha activa. Al igual que en la serie, detrás de cada joven hay una historia que merece ser escuchada. Acompañar es responsabilidad de todos.