Se lo visualiza como un modelo propio pedagógico con componentes mayoritariamente virtuales, sincrónicos y asincrónicos, individuales y colaborativos para alcanzar mayor cobertura y calidad.
Se sustenta en:
Aprendizaje inmersivo: experiencias de aprendizaje vivencial en entornos virtuales: realidad virtual y aumentada.
Aprendizaje personalizado: experiencias con contenidos dinámicos de acuerdo a necesidades específicas.
Aprendizaje híbrido: permite articular con otras modalidades con diferentes porcentajes de presencialidad, sobre todo en algunos tópicos que requieren presencia física.
Aprendizaje activo: se refiere a una amplia gama de estrategias de enseñanza que involucran a los estudiantes como participantes activos en su aprendizaje durante el tiempo de clase con su facilitador.
Aprendizaje colaborativo: hace referencia a metodologías de trabajo en equipo y se centra en el proceso de construcción del conocimiento que resulta de la interacción entre un grupo de participantes que forman comunidades virtuales de aprendizaje formal o informal.
Alineamiento Constructivo: busca armonizar en el trabajo docente los objetivos, estrategias, métodos de enseñanza, la evaluación de los aprendizajes y los valores de asignación a cada elemento susceptible de ser evaluado.
Enfoque por competencias: facilitará los diseños curriculares flexibles y heterogéneos, atendiendo las competencias individuales y la individualización de los aprendizajes, de sus trayectorias y la adquisición de las capacidades de inserción en entornos digitales diferenciados.
Aprendizaje invertido online: se trata de metodologías que equilibran lo sincrónico y lo asincrónico en modelos de participación activa que redundan en aprendizajes de calidad.